jueves, 5 de junio de 2014

DESCUBRIENDO

Hace unos años cayo en mis manos un libro que invitaba a quien lo leía a buscar la esencia en su nombre y apellidos. Estuve una época en ello, y jamás me pude imaginar lo que me iba a encontrar. Después de jugar varios días con el: JOSE LUIS FERNÁNDEZ LUJÁN, me aparecían varias palabras que comprobaba inmediatamente en las sensaciones corporales o emociones que me producía como "se luz", ... Sin embargo, una de ellas sobresalía por encima de las demás con mas fuerza al mismo tiempo que mi mente la rechazaba: luisfer - lusifer - LUCIFER. Era increíble su fuerza y aún mayor el temor que me producía al llevarla al cuerpo. Me reconocía en ella y me rechazaba por ello. Mi trabajo como terapeuta me encantaba pero no aquel experimento que me llevaba a concluir la esencia de mi nombre a aquella demoniaca palabra. Justo unos días después cayó en mis manos la película de lugares comunes, y cual fue mi asombro, cuando a mitad de película escuche estas palabras de Alejandra Pizarnik acerca de la lucidez que compartiré con ustedes: La lucidez es un don y es un castigo. Está todo en la palabra. Lúcido viene de Lucifer, el arcángel rebelde, el demonio. Pero también se llama Lucifer el lucero del alba, la primera estrella, la más brillante, la última en apagarse. Lúcido viene de Lucifer y Lucifer viene de Luz y de Fergus, que quiere decir el que tiene luz, el que genera luz, el que trae la luz que permite la visión interior: el bien y el mal, todo junto, el placer y el dolor. La lucidez es dolor y el único placer que uno puede conocer, lo único que se parecerá remotamente a la alegría será el placer de ser consciente de la propia lucidez. El silencio de la comprensión, el silencio del mero estar. En esto se van los años. En esto se fue la bella alegría animal.

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