sábado, 16 de marzo de 2024

Palabras son musas

 Se deslizan las musas por el filtro de mi conciencia. Me visitan y se encarnan, moviendo mi brazo. Dando forma a palabras que me encuentran y que ya estaban esperando dar cuerpo a algunas verdades.


Bajan para dar belleza y sentido a las pulsaciones internas que quieren latir fuera. Revelan sencillamente palabras que soy como consciencia en este momento.

No vienen para imponerse sino para colaborar en sintonia conmigo. Me visitan pidiendo permiso, amables a mi estancia y filtrando sabiduría por las ranuras del silencio completo para las que doy cobijo.

Se condensan generosamente a mi propia frecuencia. Fluyen como la respiracion cuando no se la empuja ni se la hace entrar por obligación. Precisan de mi dejarlas entrar y salir. Ese es el pacto.

Las palabras llegan a ser universales cuando llegan a todos lados con similar fuerza desde la que salen.

Lo mas profundo es la piel

 LO MÁS PROFUNDO ES LA PIEL



“Que tiempos serán los que vivimos, que hay que defender lo obvio” (Bertholt Brecht)


“A flor de piel” es una manera de contar la experiencia cuando se siente completamente en todo el cuerpo. Emanando a la superficie por donde aflora y se asoma hasta la piel.


“Los bellos de punta” apuntan y describen a las personas con tendencias espontáneas a aflorar a la piel su mas esencial adentro. La sensibilidad. Aquella que nos parece mal en la edad adulta, que nos humaniza al ver a un niño y a la que queremos volver para sentirnos vivos.


Los herederos y buscadores de la sensibilidad, tienen la doble capacidad de desbordar su profundidad y de poder captar al mismo tiempo por sus sentidos algo más allá de lo visible o audible. Lo siente en la piel. Lo captan y la muestran naturalmente.


Todo humano es portador de esta capacidad esencial. Si se desea movilizar o captar la verdadera esencia de alguien o propia hay que movilizarla. Se debe buscar en el encuentro los puntos más susceptibles de maxima captación y exposición.


En la frontera donde asoman interior y exterior. Allá donde el ser sensible sabe reconocer lo que está apunto de emerger a la conciencia.


Así, Ser Sensible es desarrollar tal nivel de conciencia que todo se vuelve posible de atender, entender y pretender. Los temas sensibles a la conciencia son experiencias que el cuerpo pone a disponibilidad del darse cuenta para ser reconocidos, asimilados y movilizados.


Algunas palabras dignas para la memoria están esperando emerger a flor de piel para nombrar lo no consciente (aquello que “tengo en la punta de la lengua”.


Ser sensible y vivir al borde de la piel es ser capaz primero, de experimentar sensaciones, emociones y estados más allá. Es ser capaz de detectar lo imposible de nosotros y el mundo que nos rodea para hacerlo posible. Es ser receptivo a determinados aspectos de la realidad


Ser sensible es, Segundo, ser propenso a expresar emociones, pensamiento y acciones de un peso muy esencial. A la persona le nace sólo ser así. Esponerse sensiblemente a lo inevitable de ser expresado.


De ahí su delicadeza, de ahí que sea la capacidad más atesorada de cada uno, la más sensible a ofrecer sin dejar de mostrarla. Y de ahí el valor que para mi tiene el contenido y la forma de lo vulnerable.


Desde la persona a la que le molesta un olor o una música, como la que llora viendo una película. Su sistema nervioso está ahí movilizando la memoria.


“Me afectan las luces brillantes”, “me da angustia que haya gente”, “me gustaría no sentir nada, sería más feliz”, etc nos cuentan que esas personas tienen una alta sensibilidad a matices y sutilezas por las que han sentido un dolor o se sienten extremadamente vulnerables.


Nuestra aversión a tocar la suciedad, a pisar la arena, a ser tocados o tocar, ... son argumentos de piel. Manifiestan nuestros caminos criticados o repudiados. No nos gusta ser así y al mismo tiempo no podemos dejar de serlo.


Me he dado cuenta que la aparente insensibilidad encubre momentos vividos de extrema sensibilidad y, habla sobre todo, de una gran vulnerabilidad. De alguna manera es el camino que nos posibilita desbordarnos a lo desconocido y al mismo tiempo, lo doloroso y lo rechazado.


La sensibilidad es una riqueza de valor incalculable cuyo dueño no duda en regalar generosamente. Ser sensible no es una deuda o un error que pagar a la vida sino la capacidad de alcanzarla. Tocarla de lleno y el verdadero rastro de lo vivido.


Creo que todo ser humano es capaz de ir más allá. ¿Más allá de que? De si mismo. ¿Y en ese más allá que hay? Más allá. Desarrollar la capacidad de ir más allá de lo que pienso, de mis conceptos, de lo que siento, de lo que hago y lo que conozco. Es precisamente hacia el lugar a donde apunta la sensibilidad. Más allá


La flexibilidad de la piel, su alcance y capacidad de estiramiento nos devuelve nuestro conocido poder olvidado. Todas las arrugas marcan lo vivido, los senderos de una vida experienciada. Es nuestra vida atesorada.


Nuestro rastro está en nuestro rostro y, en nuestras manos, las arrugas diseñan sólo el mapa de lo vivido. Esas manos que crearon y recibieron, músculo a músculo, pliegue a pliegue, articulación a articulación todo alcanzado.


Es una energía que resalta en la cara, que se sale sin permiso en los gestos. Es la variable extraña de la ecuación. Una sonrisa en la comisura de los labios. Un llanto que anuncia aparecer en el temblor de la barbilla, .... Todo lo que es digno de ser nombrado esta ahí, desbordándose a través de la piel, cruzando la frontera. Sensiblemente disponible.


Los recuerdos “a flor de piel” son caminos inconscientes al dolor y a los traumas, al mismo tiempo que nuestros éxitos. Pertenecen a lo que asoma junto al dolor o la satisfacción. Son sus flores cuando la terapia, el encuentro profundo o cualquier otro encuentro con significado son dignos de pasar a la conciencia


La seguridad que nos aporta la piel optimiza la vivencia del entorno. Nos da soporte y vida para explorar más vida. Siempre “Hay heridas que en vez de abrirnos la piel, nos abren los ojos” (Neruda)


Colorados de vergüenza, blancos del susto, piel de gallina o rostro de satisfacción son respuestas químicas que desde lo más profundo del ser viviente asoman a la superficie. Más allá. Ampliando los adentros hasta alcanzar al otro y al mundo. Deslimitadas


Sigo sintiendo que secuestrar, negar o prohibir la sensibilidad es una manera de negar nuestra posibilidad de crecer. Precisamente es el camino y el alcance al que hemos llegado como humanidad.


Transmitir nuestra sensibilidad requiere transparencia y franqueza. Sin embargo, esto parece “herir sensibilidades”. Por lo que debemos aprender a expresar coherencia entre lo de dentro y lo de afuera y, al mismo tiempo, no dejar de ser auténticos.


Si partimos de la hipotesis, que “todo el mundo desea por naturaleza saber o aprender” podríamos decir que la sensibilidad interpersonal o hacia el mundo en el que cohabitamos desembocará en la empatía y la comprensión profunda o conexion. Aceptada, trabajada a fondo y mostrada libremente acabará en la sintonía.


Las personas sensibles nos proponen “siendo como son” los límites ampliados al resto. Por eso, pueden ser reconocidos desde la humildad, en su grandeza. Acabaremos aceptando la delicadeza como una nueva humanidad. Más ancha y sensible de conciencia.

sábado, 22 de enero de 2022

CURSO BREVE INTENSIVO DE MANEJO DEL ESTRÉS, ANSIEDAD Y DEPRESIÓN

SEGUNDO CURSO BREVE INTENSIVO DE MANEJO DEL ESTRÉS, ANSIEDAD Y DEPRESIÓN

DIAS 12 y 19 de FEBRERO y 5 y 12 de MARZO


¿Sufres con frecuencia de estrés, nerviosismo o preocupaciones?, ¿tienes problemas con la comida o para conciliar el sueño o dormir ininterrumpidamente en la noche?, ¿padeces bajones, desgana, culpa, tristeza o pérdida de sentido?


¿Te gustaría superar, manejar y, a ser posible, dominar estos síntomas para vivir una vida más plena y menos alterada?.


Si deseas conocer cómo hacerlo este es tu curso. Cuatro sábados practicando de manera intensiva y personalizada con las técnicas más novedosas en la actualidad.


Te esperamos


lunes, 3 de junio de 2019

8 de junio y 6 de julio de 2019

Contenido

LA VOZ DORMIDA

Las compuertas de la voz,  « vibración a la que se pone aire », abren la puerta al AUTOCONOCIMIENTO SONORO: Sonamos como somos, somos básicamente sonoros y, por tanto, vibramos. 

La claridad, hondura, intensidad, amplitud y dirección de nuestra propia voz, nos identifica. Personalidad viene de personare (per-sono=cuerpo sonoro).

Estas dos clases irán dedicadas a:

- la voz del desahogo, 
- la fuerza en la voz, 
- proyectando la potencia sonora, 
- aclarando y clarificando 
- el sonido de mi nombre 
- la voz de los ancestros y 
- los sonidos místicos. 

Una propuesta a las raíces de la voz y la respiración.


Besos

martes, 16 de septiembre de 2014

EN HONOR A VERTALANFFY

IMPORTANCIA, NECESIDAD Y SENTIDO DE LA FORMACIÓN DE FAMILIAS El otro es lo que habrías sido tú mismo de vivir en sus circunstancias. Hoy, que esas circunstancias se acercan a ti en forma humana, tienes la oportunidad de acogerlas para volar juntos hacia el mar de lo humano. ¿Por qué y para qué este taller inicial de Formación para las FAMILIAS EN CONSTANTE PROCESO DE CAMBIO? Al ser humano le ha sido concedido el don o el privilegio de transformar el mero hecho de MIGRAR (migrare=movimiento) en desplazarse y cambiar de lugar. Migrar como proceso de familia, sólo es posible a aquellas que son capaces de superar las estrecheces de los espacios habituales, cómodos y se lanzan e un movimiento que les permita el encuentro con otras realidades, con otros vacíos y con otros acontecimientos nuevos, que hacen que el propio urdimbre inicial se transforme. ¿DÓNDE Y CÓMO HACERLO? ​La familia es el estamento y el lugar más seguro para desarrollar todo el potencial de integración de las experiencias que suscitan un proceso migratorio. Es en ese urdimbre dónde y cómo se fundamenta la salud y el compromiso con el cambio, el amor y la seguridad del proceso, el soporte más contundente ante cualquier desequilibrio y el lugar más idóneo para cambiar juntos OBJETIVOS DE LA FORMACIÓN EN Y PARA LA FAMILIA MIGRATORIA - Formentar la cohesión entre los miembros de la familia - La toma de decisiones en pareja y en familia - El reparto de poderes y obligaciones de forma equitativa - La adaptación al cambio, la reestructuración y el cambio sano - El funcionamiento equilibrado y equitativo a través de las relaciones familiares - etc PROGRAMA TEÓRICO-EXPERIENCIAL DE FAMILIAS EN PROCESO DE CAMBIO La familia como fuente de conflictos, salud e integración primordial en el proceso migratorio. - ¿Qué es la familia y por qué es el principal urdimbre para la integración? - ¿Cómo se estructura y funciona? - ¿Cómo se puede evaluar nuestro propio sistema familiar? (GENOGRAMAS) - ¿Quienes somos para lo sano y lo no sano?. Trabajando el nombre y los apellidos como forma de incorporar la dualidad que supone el conflicto migratorio Tipos de familia en el conflicto que supone migrar y su fuerza para la integración - Según el desarrollo del proceso vital de la familia y dentro del proceso migracional (la formación de la pareja, la familia con hijos pequeños, la familia con hijos escolarizados, la familia con hijos adolescentes, las familias cambiantes, las familias acordeón, las familias con padrastro o madrastra, las familias con o sin soporte, las familias descontroladas, etc) - Reestructuraciones y sucesos importantes en la vida de la familia Nos detendremos a mirar lentamente a través de herramientas y experiencias de integración, reestructuración, adaptación y cambio saludable, en y para la familia en constante cambio (genogramas cambiantes, toma de decisiones, cohesión y comunicación en la frontera de contacto entre los miembros, reparto de poderes y el uso del mismo, , cuestionamiento de la estructura, cuestionamiento de la realidad y el funcionamiento, trabajo en las fronteras familiares, alianzas y soportes de la misma, lados fuertes y débiles, reencuadres y puestas en escena) METODOLOGÍA El taller es eminentemente teórico-experiencial a nivel de familia e individual, buscando fundamentalmente la resolución de conflictos y generando experiencias de reestructuración, reencuadre y desarrollo de la familia ante el cambio y el proceso de migración, desde los enfoques psicoterapéuticos humanistas y terapias familiares sistémicas, Análisis Transaccional, Psicodrama y Constelaciones Familiares, etc • Habrá exposiciones teóricas, entrega de textos y artículos • Aplicaciones de lo aprendido al autoconocimiento, y al desarrollo personal, profesional y familiar • Ejercicios vivenciales y experiencias para la comprensión del proceso • Entrega a base ejemplos propios compartidos de los propios casos • Espacio para la supervisión en grupo y para el trabajo familiar Psicólogo y Psicoterapeuta Humanista José Luis Fernández Luján

sábado, 23 de agosto de 2014

PALABRAS PARA UN NUEVO MILENIO. Gabriel García Márquez

PALABRAS PARA UN NUEVO MILENIO II Encuentro de Intelectuales por la Soberanía de los Pueblos de Nuestra América Discurso central de la sesión de apertura del encuentro, en la sede de Casa de las Américas. Estuvieron presentes Frei Betto, Ernesto Cardenal, Juan Bosch, Daniel Viglietti y Osvaldo Soriano, entre trescientos intelectuales más del continente. Gabriel García Márquez La Habana, Cuba, 29 de noviembre de 1985 Siempre me he preguntado para qué sirven los encuentros de intelectuales. Aparte de los muy escasos que han tenido una significación histórica real en nuestro tiempo, como el que tuvo lugar en Valencia de España en 1937, la mayoría no pasan de ser simples entretenimientos de salón. Sin embargo, sorprende que se celebren tantos, y cada vez en número mayor, más concurridos y costosos a medida que se recrudece la crisis mundial. Un premio Nobel de Literatura asegura haber recibido en lo que va del año casi dos mil invitaciones a congresos de escritores, festivales de arte, coloquios, seminarios de toda índole: más de tres diarios en sitios dispersos del mundo entero. Hay un congreso institucional, de frecuencia constante y con todos los gastos pagados, cuyas reuniones se suceden cada año en treinta y un lugares distintos, algunos tan apetecibles como Roma o Adelaida, o tan sorprendentes como Stavanger o Yverdon, o enalgunos que más bien parecen desafíos de cruci- 1 gramas, como Polyphénix o Knokke. Son tantos, I en fin, y sobre tantos y tan variados ternas, que el año, pasado se celebró en el castillo de Mouiden, I en Amsterdam, un congreso mundial de organizadores de congresos de poesía. N o es inverosímil: un intelectual complaciente podría nacer dentro de 1 un congreso y seguir creciendo y madurándose en otros congresos sucesivos, sin más pausas que las necesarias para trasladarse del uno al otro, hasta morir de una buena vejez en su congreso final. Sin embargo, tal vez sea ya demasiado tarde para tratar de interrumpir esta costumbre que los artesanos de la cultura arrastrarnos a través de la historia desde que Píndaro ganó los Juegos Olímpicos. Eran unos tiempos en que el cuerpo y el espíritu andaban mejor avenidos que ahora, demodo que las voces de los bardos era tan apreciadas en los estadios corno las hazañas de los atletas. Ya los romanos, desde el 508 antes de Cristo, debieron vislumbrar que el abuso de los juegos era su mayor peligro. Pues por aquellos años instauraron los Juegos Seculares, y más tarde los Juegos Terentinos, que se celebraban con una periodicidad ejemplar para hoy: cada cien o cada ciento tres años. Congresos de cultura, ya en la Edad Media, lo eran también los debates y torneos de juglares, luego los de los trovadores, y más tarde los de juglares y trovadores a la vez, con los cuales se inició una tradición que todavía sufrimos a menudo: empezaban en juegos y terminaban en pleitos. Pero también alcanzaron tal esplendor, que bajo el reinado de Luis XIV se inauguraban con un banquete colosal, cuya evocación aquí -lo juro- no pretende ser una sugerencia velada: se servían diecinueve bueyes, tres mil pasteles y más de doscientas barricas de vino. La culminación de este concierto de juglares y trovadores fueron los Juegos Florales de Toulouse, el más antiguo y persistente de los encuentros poéticos -modelo de continuidad-e- instaurado hace seiscientos sesenta años. Su fundadora, Clemencia Isaura, fue una mujer inteligente, emprendedora y bella, cuya única falla parece ser que no existió nunca: quizás fue una invención pura de siete trovadores que crearon el certamen en un esfuerzo por impedir la extinción de la poesía provenzal. Pero su inexistencia misma es una prueba más del poder creador de la poesía, pues en Toulouse hay una tumba de Clemencia Isaura en la iglesia de La Dorada, y una calle con su nombre y un monumento a su memona. Dicho esto, tenemos derecho a preguntarnos: ¿qué hacemos aquí?Y sobre todo: ¿qué hago yo encaramado en esta percha de honor, yo que siempre he considerado los discursos como el más terrorífico de los compromisos humanos? No me atrevo a insinuaición que todavía sufrimos a menudo: empezaban n juegos y terminaban en pleitos. Pero también lcanzaron tal esplendor, que bajo el reinado de uis XIV se inauguraban con un banquete colosal, lya evocación aquí -lo juro- no pretende ser na sugerencia velada: se servían diecinueve bueyes, es mil pasteles y más de doscientas barricas de vino. La culminación de este concierto de juglares y ovadores fueron los Juegos Florales de Toulouse, más antiguo y persistente de los encuentros poé.os -modelo de continuidad-e- instaurado hace iseientos sesenta años. Su fundadora, Clemencia iura, fue una mujer inteligente, emprendedora y Ha, cuya única falla parece ser que no existió nun: quizás fue una invención pura de siete trovadores le crearon el certamen en un esfuerzo por impedir extinción de la poesía provenzal. Pero su inexisrcia misma es una prueba más del poder creador la poesía, pues en Toulouse hay una tumba de emencia Isaura en la iglesia de La Dorada, y una lle con su nombre y un monumento a su meona. Dicho esto, tenemos derecho a preguntarnos: ¿qué leemos aquí?Y sobre todo: ¿qué hago yo encaralado en esta percha de honor, yo que siempre he msiderado los discursos como el más terrorífico de IS compromisos humanos? No me atrevo a insinuar ición que todavía sufrimos a menudo: empezaban n juegos y terminaban en pleitos. Pero también lcanzaron tal esplendor, que bajo el reinado de uis XIV se inauguraban con un banquete colosal, lya evocación aquí -lo juro- no pretende ser na sugerencia velada: se servían diecinueve bueyes, es mil pasteles y más de doscientas barricas de vino. La culminación de este concierto de juglares y ovadores fueron los Juegos Florales de Toulouse, más antiguo y persistente de los encuentros poé.os -modelo de continuidad-e- instaurado hace iseientos sesenta años. Su fundadora, Clemencia iura, fue una mujer inteligente, emprendedora y Ha, cuya única falla parece ser que no existió nun: quizás fue una invención pura de siete trovadores le crearon el certamen en un esfuerzo por impedir extinción de la poesía provenzal. Pero su inexisrcia misma es una prueba más del poder creador la poesía, pues en Toulouse hay una tumba de emencia Isaura en la iglesia de La Dorada, y una lle con su nombre y un monumento a su meona. icho esto, tenemos derecho a preguntarnos: ¿qué leemos aquí?Y sobre todo: ¿qué hago yo encaralado en esta percha de honor, yo que siempre he msiderado los discursos como el más terrorífico de IS compromisos humanos? No me atrevo a insinuar una respuesta, pero sí una propuesta: estamos aquí para tratar de que un encuentro de intelectuales tenga lo que la inmensa mayoría de ellos no ha tenido' utilidad práctica y continuidad. Para empezar, hay algo que lo distingue. Además de escritores, pintores, músicos, sociólogos, historiadores, hay en este encuentro un grupo de científicos esclarecidos. Es decir: nos hemos atrevido a desafiar el contubernio tan temido de las ciencias y las artes; a mezclar en un mismo crisol a los que todavía confiamos en la clarividencia de los presagios y los que sólo creen en las verdades verificables: la muy antigua adversidad entre la inspiración y la experiencia, entre el instinto y la razón. Saint-John Perse, en su memorable discurso del Premio N obel, derrotó este falso dilema con una sola frase: «Tanto en el científico como en el poeta -dijo-o hay que honrar el desinterés del pensamiento». Que al menos aquí no sigan siendo considerados -como hermanos enemigos, pues la interrogación de ambos es la misma sobre un mismo abismo. La idea de que la ciencia sólo concierne a los científicos es tan anticientífica como es antipoético pretender que la poesía sólo concierne a los poetas. En ese sentido, el nombre de la UNESCO -Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura- arrastra por el mundo una grave inexactitud, dando por hecho que las tres cosas son distintas, cuando en realidad todas son una sola. Pues la cultura es la fuerza totalizadora de la creación: el aprovechamiento social de la inteligencia humana. O como lo dijo Jack Lang sin más vueltas: «La cultura es todo». Bienvenidos, pues, bienvenidos todos juntos a la casa de todos. No me atrevo a sugerir nada más que algunos motivos de reflexión para estos tres días de retiros espirituales. Me atrevo a recordarles, en primer término, algo que quizás recuerden de sobra: que cualquier decisión a mediano plazo que se tome en estos tiempos de postrimerías es ya una decisión para el siglo XXI. Sin embargo, latinoamericanos y caribes nos acercamos a él con la sensación desoladora de habernos saltado el siglo xx: lo hemos padecido sin vivirlo. Medio mundo celebrará el amanecer del año 2001 como una culminación milenaria, mientras nosotros empezamos apenas a vislumbrar los beneficios de la revolución industrial. Los niños que hoy están en la escuela primaria preparándose para regir nuestros destinos en la centuria venidera, siguen condenados a contar con los dedos de la mano, como los contabilistas de la más remota antigüedad, mientras ya existen computadoras capaces de hacer ciet;! mil operaciones aritméticas por segundo. En cambio hemos perdido en cien años las mejores virtudes humanas del siglo XIX: el idealismo febril y la prioridad de los sentimientos: el susto del amor. En algún momento del próximo milenio la genética vislumbrará la eternidad de la vida humana como una realidad posible, la inteligencia electrónica soñará con la aventura quimérica de escribir una nueva Illada, y en su casa de la Luna habrá una pareja de enamorados de Ohio o de Ucrania, abrumados por la nostalgia, que se amarán en jardines de vidrio a la luz de la Tierra. La América Latina y el Caribe, en cambio, perecen condenados a la servidumbre del presente: los desmadres telúricos, los cataclismos políticos y sociales, las urgencias inmediatas de la vida diaria, de las dependencias de toda índole, de la pobreza y la injusticia, no nos han dejado mucho tiempo para asimilar las lecciones del pasado ni pensar en el futuro. El escritor argentino Rodolfo Terragno ha hecho la síntesis de este drama: «Somos usuarios de rayos X y transistores, tubos catódicos y memorias electrónicas: pero no hemos incorporado los fundamentos de la cultura contemporánea a nuestra propia cultura». Por fortuna, la reserva determinante de la América Latina y el Caribe es una energía capaz de mover el mundo: la peligrosa memoria de nuestros pueblos. Es un inmenso patrimonio cultural anterior a toda materia prima, una materia primaria de carácter múltiple que acompaña cada paso de nuestras vidas. Es una cultura de resistencia que se expresa en los escondrijos del lenguaje, en las vírgenes mulatas -nuestras patronas artesanales-, verdaderos milagros del pueblo en contra del poder clerical colonizador. Es una cultura de la solidaridad, que se expresa ante los excesos criminales de nuestra naturaleza indómita, o en la insurgencia de los pueblos por su identidad y su soberanía. Es una cultura de protesta en los rostros indígenas de los ángeles artesanales de nuestros templos, o en la música de las nieves perpetuas que trata de conjurar con la nostalgia los sordos poderes de la muerte. Es una cultura de la vida cotidiana que se expresa en la imaginación de la cocina, del modo de vestir, de la superstición creativa, de las liturgias íntimas del amor. Es una cultura de fiesta, de transgresión, de misterio, que rompe la camisa de fuerza de la realidad y reconcilia por fin el raciocinio y la imaginación, la palabra yel gesto, y demuestra de hecho que no hay concepto que tarde o temprano no sea rebasado por la vida. Ésta es la fuerza de nuestro retraso. Una energía de novedad y belleza que nos pertenece por completo y con la cual nos bastamos de nosotros mismos, que no podrá ser domesticada ni por la voracidad imperial, ni por la brutalidad del opresor interno, ni siquiera por nuestros propios miedos inmemoriales de traducir en palabras los sueños más recónditos. Hasta la revolución misma es una obra cultural, la expresión total de una vocación y una capacidad creadoras que justifican y exigen de todos nosotros una profunda confianza en el porvenir. Éste sería algo más que uno más de los tantos encuentros que ocurren a diario en el mundo si logramos vislumbrar al menos nuevas formas de organización práctica para canalizar el aluvión irresistible de la creatividad de nuestros pueblos, el intercambio real y la solidaridad entre nuestros creadores, una continuidad histórica y una más amplia y profunda utilidad social de la creación intelectual, el más misterioso y solitario de los oficios humanos. Sería, en fin, un aporte decisivo a la inaplazable determinación política de saltar por encima de cinco siglos ajenos y de entrar pisando firme, con un horizonte milenario, en el milenio inminente.

domingo, 17 de agosto de 2014

LA PROMESA DEL VERDADERO ENCUENTRO

La unidad más básica de la comunicación humana es la “caricia psicológica”. Son definidas como toda comunicación que implica un “mensaje verbal o no verbal de carácter intencionado y comprometido que deja entrever que yo me doy cuenta de que tú estás ahí”. A través de ellas hacemos saber a otra persona que nos hemos percatado de su presencia, que nos importa y que queremos ayudarla. La mayoría de nuestros problemas psicológicos aparecen por la ausencia de caricias, físicas y psicológicas. Del mismo modo que el hambre o necesidad de alimentos es saciada con comida, para la necesidad de contacto y bienestar es necesario, e incluso imprescindible, que la persona sea tocada y reconocida por los demás. Ser abrazados, comprendidos, escuchados, abrigados, protegidos, alimentados, alentados, elogiados, validados, acompañados, e incluso, si esto no es posible, ser al menos agredidos o compadecidos, en definitiva, estamos siendo acariciados. Las caricias son el lenguaje de las sensaciones, las emociones y el alma, y se aprenden en nuestras relaciones diarias, allá donde se producen nuestros sentimientos de fracaso y desazón. Pero, se puede aprender a estar en contacto con lo esencial, con el adentro profundo del corazón, de nuevo. Es cierto, estamos constantemente con muchas personas a lo largo del día, pero ¿con cuántas llegamos a tener un contacto auténtico, fluido y gozoso? acaso una palabra, una valoración a tiempo, un gesto de aprobación... estamos deshabituándonos a lo esencial, al placer de lo cotidiano, de una sonrisa, de un gesto ridículo que nos hace tanto bien, de una palabra que nos hace zimbrearnos, de esa caricia que no va más allá de la simpleza de reconocernos acariciados, de sentirnos escuchados y comprendidos, … En un mundo donde el valor del amor está siendo renovado o desposeído de sus formas, aparece la caricia como el testimonio del latir más profundo de la humanidad. Están llamadas a autentificar las relaciones y acercarse a través de la intimidad a la profundidad del encuentro. Las caricias dan forma porque son la piel porosa y mutable donde damos lo mejor y lo peor de nosotros mismos, y dónde el corazón humano encuentra su rostro. Las caricias son esenciales para la vida física, emocional, psíquica y espiritual de una persona. Sin ellas, dice Berne, la “médula espinal se encogerá”. La falta de ellas por motivos como el abandono, la deprivación emocional, la falta de contacto físico, la ausencia de reconocimiento de las personas más importantes de nuestras vidas, el reconocimiento condicionado, la falta de comprensión, …, sea por las razones que fuere y en función de la gravedad, provocan reacciones que van desde la ansiedad aguda, la necesidad repetitiva e insatisfecha de amor, la falta de seguridad o confianza, los sentimientos depresivos, los trastornos de la personalidad y, en algunos casos, las psicosis agudas. De pronto, tomamos conciencia de que un malestar se instala en nuestra vida, a veces nuevo y otras ya conocido (nos acompaña incluso por años), debido al momento vital que nos toca vivir o porque no se encuentra la manera de cambiarlo. Este malestar puede manifestarse de muchas formas: sensación de sentirse perdido y confuso, enfadado, ansiedad y nerviosismo, dificultad para tomar una decisión, negativa a abordar un conflicto o atravesar una situación difícil y/o la aparición de malestares físicos. Es en estas ocasiones cuando uno se plantea hacer un cambio en la vida y gritamos “ya no puedo más con esto”. Se empieza a saber que se quiere hacer algo pero sin tener claro como. El “síndrome del desacariciado”, como llamamos a estas reacciones, están en el fondo de todos los contactos errados, incomunicaciones, problemas de conviviencia humana, intolerancias, sensaciones de no tener derecho a existir, desacuerdos, desencuentros y desentendimientos en los que basamos o a los que llegamos en nuestras relaciones cotidianas. Su contrapunto, la vuelta a lo esencial y a la salud es recuperar el espacio y el tiempo para acariciar. Esto es ofrecer un espacio de escucha, confianza y seguridad donde la persona que acaricia o es acariciada se sienta libre y capaz de descubrirse y reconocerse, encontrando nuevas maneras de relacionarse mejor consigo mismo y con los demás. En Análisis Transaccional partimos del principio de que “Todos nacemos príncipes y princesas. Después en nuestras relaciones con los demás tomamos decisiones que nos limitan con las que nos convertimos en sapos o ranas encantadas” (Berne). Me gusta recordar esta cita y añadir que: "como seres humanos se nos ha concedido el don de transformar el mero hecho de vivir en un compartir nuestras vivencias (convivir), y esto conlleva el darnos la posibilidad y el permiso para intercambiar caricias espontaneas, cercanas, conscientes, íntimas y respetuosas. Pero esto sólo es posible a quien es capaz de superar las estrecheces de sus espacios habituales, salir de sí mismo para cruzar el río que lo separa del mundo y los demás, en la entrega a la tarea de acercarse a otras personas, con otras realidades, con otros acontecimientos". Cuando alguien viene a verme me recuerdo y hago presente, que la acogida no debe hacerse repentina porque requiere tiempo, respeto y dedicación constante. No basta con ser buena persona o buen profesional. En las orillas entre nosotros, en nuestra puesta en común, la frontera más visible, es la que separa mi piel de la suya. Sin embargo, no hay encuentro, si no decidimos juntos una y mil veces ahondar y des-cubrirnos en el propio país de nuestros adentros y despojarnos de nuestras envolturas y recubrimientos. En el breve e intenso momento de la primera mirada podemos ya ofrecernos, a modo de promesa realizada, la intención de que se va a ser y hacer todo lo posible para que la simple visita se convierta en auténtico encuentro.