En sus inicios, más que una nueva
perspectiva psicológica, la visión humanista nació como “movimiento social”. El
Movimiento de la Psicología Humanista surgió en los años cincuenta, en
California, a partir de un grupo de psicólogos y psiquiatras y representantes
de otras ciencias humanas, procedentes
de diferentes corrientes o escuelas psicológicas, entre ellas la psicoanalítica
y la conductista. Estos psicólogos y psiquiatras se sentían incómodos y se iban
distanciando de algunos enfoques y actitudes compartidos por la mayoría de los
seguidores de tales escuelas y que coincidían en buena parte con las
denunciadas por Bertalanffy.
Sus antecedentes se encuentra en el
funcionalismo de James y Dewey (ser humano como ser activo, volitivo y social);
en el conductismo intencional de McDougall; los neofreudianos como Fromm,
Horney, Adler; los filósofos americanos como M. Buber y P. Tilich, que conciben
al ser humano como una totalidad tendente a la autorrealización, que lo impulsa
inherentemente a ser realzado o actualizado, descubierto.
Allport y Murray, en los años 30, con
su concepción de las necesidades humanas se enfrentan al conductismo, Maslow en
los 40 realiza sus propuestas sobre la motivación y Rogers en los 60 propone su
Psicoterapia Centrada en el Cliente, desarrollándose así una nueva línea de
trabajo, la tercera fuerza, frente a la psicología academicista y el
psicoanálisis.
Psicoanalistas con
nuevas inquietudes como Perls, Berne, Rogers o Maslow impulsaron con sus
teorías otras perspectivas, que ven al ser humano como un ferviente buscador de
la autorrealización desde bases positivistas y muy creativas. Ofrecieron la
posibilidad de utilizar algo tan común, tan poderoso y al mismo tiempo tan poco
aplicado al campo terapéutico, a veces tan rechazado, como el contacto físico y
el amor honesto, como las más poderosas, rápidas y eficaces herramientas del
cambio profundo emocional.
En la
década de los setenta aparece una tendencia ecléctica de psicoterapia que
engloba los ochenta y que empieza a formar el movimiento integrador. Norcross
(1986) propone como factores que promovieron el movimiento integrador:
1.
Proliferación de enfoques psicoterapéuticos.
2.
Una forma de psicoterapia no puede ser adecuada para todos: ¿por
qué no adaptar la terapia a las personas y no las personas a la terapia?
3.
Ausencia de eficacia diferencial entre las psicoterapias.
4.
Reconocimiento de la existencia de factores comunes a las
diferentes psicoterapias: teóricos
5.
Énfasis en las
características del paciente y de la relación terapéutica como principales
ingredientes de cambio.
6.
Factores socio políticos y socioeconómicos.
Según
Arkowitz (1991) el movimiento integrador aglutina en la actualidad esfuerzos en
tres grandes áreas de trabajo: la integración técnica (máximo representante
Lazarus y Neimeyer), la integración teórica, y el área de los factores comunes.
Para nuestro
Gabinete, la Psicoterapia Humanista Integrativa, es una forma de terapia
enfocada en una concepción humanista de la persona. En la práctica terapéutica
centramos el trabajo en la Relación Terapéutica, en el sistema que esta conforma
y en la solución de conflictos de manera integral e integrada. Integramos los 5
pilares básicos de la Psicoterapia Humanista Integrativa: El ANÁLISIS
TRANSACCIONAL (que aporta una gran parte de la base teórica), LA GESTALT (que
ofrece un estilo dinámico), LAS TERAPIAS CORPORALES-ENERGÉTICAS (como la
Bioenergética, que incorporan el cuerpo en el proceso terapéutico) y LAS TEORÍAS
DEL PROCESO (como la Psicoterapia Integrativa de Richard Erskine o nuestro
modelo de la Terapia de las Caricias Psicológicas que aportan una nueva y
amplia visión) y los modelos SISTÉMICOS E INTEGRATIVOS (especialmente el de ken
Wilber, Ana Gimeno-Bayón o el de Claudio Naranjo, que facilitan la integración
del trabajo). Junto a ellas invertimos el máximo tiempo en incorporar nuevas
perspectivas teóricas y técnicas en el proceso como el Focusing, el Psicodrama,
la Psicosíntesis, el Mindfullnes, el Brainspotting, el EMDR, la Terapia de
Aceptación y Compromiso, el PNL, la Terapia Breve, etc
Lo que buscamos y
pretendemos es curar acompañando, apoyando y dando aliento a aquellas personas
"normales" que desean crecer y conocer qué hay detrás de esa
insatisfacción permanentemente presente en sus vidas, “puede ser el enfado
constante que tengo conmigo o con los demás, puede ser "esa" barrera
que las circunstancias parecen construir ocultando mis sueños, que en lo más
profundo sé que puedo realizar”. La PSICOTERAPIA es un tratamiento de índole
psicológico de los problemas personales, emocionales, afectivos, de relación,
etc., basado en la relación terapéutica, ya sea individual o en grupo.
El objetivo de la
psicoterapia es que la persona realice cambios personales, armonice e integre
sus percepciones, pensares, sentires y comportamientos y de esta manera aumente
su contacto personal e interpersonal, su poder para resolver problemas,
satisfacer sus necesidades y desarrollar su autonomía y su espiritualidad. La
psicoterapia NO es un proceso mágico, sólo es necesario qué conozcas que hay de
auténtico en ti, y que descubras las claves de tu guión de vida, una estrategia
audazmente elaborada para sobrevivir en un mundo, a menudo demasiado duro.
Nosotros te acompañaremos en tu camino de búsqueda de la Autonomía:
autenticidad, espontaneidad, intimidad, conciencia y ética. Tuyo es el poder,
sólo has de encontrarlo.
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